Me gustas...

Tus ojos de niño a veces miel a veces aceituna, pestañas largas y rizadas, mirada suave e inocente casi siempre y también me gusta cuando se torna perversa por alguno de nustros juegos, me gustan tus ojos.

Tus boca pequeña, justo contraste con la mía; tus labios irregulares, finos y delicados. Las palabras que brotan de ahí, a veces tiernas, otras sofocantes, me gusta tu boca mucho más cuando se junta con la mía y siento tu aliento muy dentro de mí.

Me gusta tu forma de ver la vida, el mundo -tu mundo- tan real que sólo cabría en tu existencia, tu forma de ser tan auténtico sin deber nada a nadie, ni querer que nadie te deba. Fuerte, violento y sereno.

Me gusta escucharte tocar del otro lado de la cama, arrancando lamentos a una pobre guitarra que te sirve de furioso escape ante tanta histeria que sólo tú sabes contener o destapar, me gusta la forma que tienes sentir la música porque eres música.

Me gusta cuando haces de maestro, tratando que a mi cabeza entren conceptos e ideas que desconocía, me gusta cuando pierdes la paciencia con mis cuestionamientos y cuando a regañadientes me regalas un beso, casi siempre porque yo te lo pido, casi siempre porque vas tan de prisa.

Me gusta que me pongas los pies en la tierra cuando mi cabeza intenta crearse paraísos, pero también me gusta cuando tú dejas el suelo y me acompañas -a veces- a caminos de sueños sin compromiso.

Me gustas tú, quien eres y lo que eres. Así quise y así te quiero, aunque pocas veces lo digas tú, sé que yo también te gusto, sé que tú también me quieres.

Earween*

Imagen:RURU